martes, 24 de marzo de 2009

ESAN Y LA EVALUACION MAGISTERIAL

La decisión del gobierno de encargar a la Universidad ESAN, la responsabilidad de llevar adelante la evaluación de los profesores para el nombramiento de cerca de 24,000 plazas en el magisterio nacional, resulta sumamente cuestionable y preocupante.
La Universidad ESAN no tiene dentro de su oferta educativa la especialidad de educación, entonces como se le puede confiar delicada responsabilidad a una institución, que no tiene ninguna experiencia y carece de los recursos humanos (docentes), para la tarea de selección de los mejores profesores; máxime si por parte del gobierno se pregona que el acceso al magisterio será de los más calificados, que tipo de evaluación puede aplicar una institución que no tiene el conocimiento y experiencia académica en la formación magisterial.
Es de conocimiento publico y su propia denominación lo evidencia, que la universidad ESAN es reconocida y tiene calificación académica en la formación de ejecutivos, es decir profesionales para el área de los negocios y la economía empresarial. Si la universidad ESAN desconoce la realidad educativa y no forma profesionales en la especialidad de educación, que precisamente es una área de las humanidades y las ciencias sociales, que criterio va a aplicar en la evaluación académica de los aspirantes a un plaza en el magisterio nacional.
Resulta evidente, que el gobierno intencionalmente a buscado una institución educativa que cumpla con la formalidad y tenga la calificación académica para encargarle la evaluación, pero con una direccionalidad desde el Ministerio de Educación; por lo que, la evaluación no es una garantía de independencia e imparcialidad. Asumamos, que la Universidad ESAN tenga la independencia de criterio y gestión en la evaluación, con que recursos humanos(docentes) va a desarrollar la tarea de evaluación. Se sabe que ante la carencia de especialistas y la falta de experiencia en el sector educativo, está convocando a profesionales de otras universidades que si tienen la especialidad de educación, para que se incorporen a la plana docente que se encargue de elaborar los exámenes de evaluación, siendo los profesionales de las universidades de San marcos y la Cantuta, los más solicitados para incorporarlos al equipo de evaluación; es decir, se terceriza o se recurre a recursos de terceros para cumplir con el contrato de evaluación suscrito a un costo honeroso y que son recursos públicos.La evaluación magisterial debe encargarse a las instituciones especializadas que tienen el conocimiento, experiencia y los recursos humanos en la actividad educativa. Dejar de lado a las universidades publicas más representativas y reconocidas en la formación magisterial, evidencia una clara intencionalidad política de continuar con el despropósito de abandonar, postergar y excluir a la universidad pública en el esfuerzo de contribuir al desarrollo del país, más aún en un tema de la mayor preocupación para los ciudadanos del país, que demandan una educación de calidad y competitiva.Consideramos que esta tarea debió ser el resultado de un proceso de evaluación a través de un concurso público, en concordancia con la ley de contrataciones y adquisiciones del sector público; destacando que si se trata de prioridades, esta responsabilidad por sentido de transparencia debe ser encargada a la universidad publica, por cuanto el gobierno puede delegar sus responsabilidades en sus propias instituciones que si desempeñan actividades de formación educativa.
José Saldaña Tovar Congresista de la República Lima, marzo 04 del 2008

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